Cuantas veces pasa por nuestra mente una avalancha de preguntas tales como; ¿Invierto o especulo?, ¿me retiraré especulando?, ¿lo estoy haciendo bien?, ¿Cuánto es lo correcto arriesgar?, ¿Cómo controlo mi estrategia?
Nuevamente, nos dedicamos a la buena gestión de nuestras posiciones y decisiones de inversión inspiradas en “El Gran Bear Raider de Wall Street”, uno de los más espectaculares traders de toda la historia; Jesse Livermore, famoso por ser uno de los especuladores más conocidos del siglo XX. Pocos pudieron acumular o perder millones a la misma velocidad. “The boy plunger” vivía como operaba; de forma fastuosa, apasionada y admirable.
Tan importante era Mr. Livermore para el mercado, que a él le debemos la regulación de la SEC (U.S. Securities and Exchange Commission). Livermore era especialista en utilizar información privilegiada, de ese modo comprar todas las acciones que cotizaban en el mercado y con ello estrangular la oferta. Una vez lograba arrinconar suficientes acciones, sobornaba a los periodistas del New York Times, para que anunciaran que el famoso especulador Jesse Livermore estaba comprando dicha acción. Tal era su fama, que los inversores se lanzaban tras los precios, al tener él estrangulada la oferta, no dudaban en subir y subir. Naturalmente ahí estaba Jesse, para vender sus acciones muy gustosamente.
Nunca sabremos con exactitud, que le corresponde al mundillo de la bolsa al gran Livermore. Leyendas urbanas como que los bancos recomiendan comprar un valor, en el momento que lo están vendiendo, no son más que una muestra de lo profundo que arraigó en la bolsa el comportamiento del primer gran especulador de los mercados. Scalper en sus inicios y value investor en su apogeo, sirvió de referencias para muchos especuladores que han seguido este mismo camino.
Calculador como pocos. Sabía con exactitud, la hora que tenía que partir hacia Wall Street para no encontrarse ningún semáforo en rojo. Cuentan que en el crack de 1929, tras el desplome de la bolsa, su familia le esperaba con las maletas, preparados para abandonar su mansión. En ese momento, Jesse Livermore había ganado la mayor de las fortunas con posiciones bajistas.
De ahí precisamente llegaron sus problemas. Tantos millones nublaron su razón, bajo una vida repleta de alcohol y excesos, mermando sus facultades operáticas. Quiso recuperar de la forma más rápida posible sus pérdidas, cometiendo errores de principiante. Nadie pudo con Jesse, salvo el alcoholismo y su propio ego. Finalmente, perdió todo lo ganado tras el crash del ‘29 y decidió quitarse la vida, una vida que parecía carecer de sentido sin capital para operar, sin pasión para vivirla. Livermore vivió y murió por y para la bolsa.
El siempre será un icono a seguir, un grandísimo especulador que nos regaló un legado en forma de sabiduría popular, analizado a continuación:
“...El juego de la especulación es el más fascinante y poco rutinario del mundo. Pero no es un juego para estúpidos, ni para perezosos mentales, tampoco para hombres con un balance emocional poco equilibrado y menos para aventurarse a hacerse rico en poco tiempo. Así te morirás pobre.”
“¿Acaso existe alguna manera para ganar rápidamente mucho dinero trabajando como Abogado o Cirujano?”
“La experiencia me ha demostrado que el verdadero dinero dentro del mundo de la especulación se hace dejando correr los beneficios desde el comienzo de la operación.”
“Los beneficios debemos conservarlos, pero las perdidas debemos evitarlas y cortarlas de raíz desde el comienzo.”
“Si mi valor no se comporta de la forma que había pronosticado, rápidamente cierro la operación, ya que pienso que todavía no ha llegado el momento de tomar posiciones”.
“Los especuladores de los mercados de acciones han perdido siempre dinero. Pero creo que la afirmación anterior se puede constatar con mayor seguridad que aquella que hace referencia al dinero perdido por los inversores que dejaron la posición abierta pensando que al final obtendrían beneficios”.
“Desde mi punto de vista, los inversores son unos jugadores de apuestas. Realizan su apuesta, esperan, y si todo va mal pierden todo su dinero”.
“Las estructuras de los precios son recuerdos de figuras similares de precios pasados, que debes llegar a familiarizarte con ellas para poder predecir los precios futuros”.
“Cuidado con la información privilegiada... o, mejor dicho, ten cuidado con toda información privilegiada”.
“Por la única explicación por la que un especulador o inversor pediría razonamientos desde un principio sería sobre el funcionamiento del mercado. Cada vez que el mercado no se comporte de la forma que esperabas – esa es razón suficiente para cambiar de opinión y cerrar tu operación rápidamente... Recuerda, siempre hay una explicación por la que una acción actúa de una determinada forma. Pero también recuerda que corres el peligro de no llegar a familiarizarte con esas razones que mueven el mercado, o familiarizarte con ellas cuando sea ya demasiado tarde.”
“De hecho yo siempre hago dinero cuando realmente estoy seguro de que la acción se va mover de una determinada forma. Lo que realmente me ha jugado malas pasadas ha sido el no hacer caso de mis conocimientos bursátiles y jugar con mis emociones. Por lo tanto sólo opero cuando estoy seguro de que los precedentes van a jugar a mi favor.”
“..Pasado un tiempo, oí a muchos miserables lamentándose, y a las antiguas estrellas del mercado diciendo que todos –excepto ellos mismos- se habían vuelto locos.”
“…y lo único que puede hacer alguien que esté equivocado es estar en lo cierto dejando de estar equivocado.”
“Pero en la práctica, un hombre equivocado tiene que guardarse mucho de muchas”.
“There is only one side to the stock market; and it is not the bull side or the bear side, but the right side.”
J.L. Livermore.
