Durante esta semana y en medio de la tormenta de la deuda, casi no se ha tenido en cuenta el buen dato de la inflación española de junio, que se redujo hasta el 3,2% en términos interanuales. Es el segundo mes consecutivo a la baja, lo que confirma un cambio de tendencia, tras tocar su máximo en 3,8% en abril.
La tendencia a la baja de la tasa de inflación se va a mantener en lo que queda de año -salvo imprevistos en el precio del petróleo-, ya que a partir de ahora comienzan a cancelarse los efectos escalón procedentes del aumento del IVA de hace un año, del encarecimiento del petróleo a partir de octubre y del aumento del impuesto sobre el tabaco de diciembre.
Esta bajada de la inflación puede favorecer el crecimiento de España conteniendo los salarios, que, actualmente siguen ligados al IPC, y haciendo el país más competitivo en el medio plazo. Pero parece que los mercados han desoído este dato y siguen castigando al selectivo español.
En lo que al Ibex 35 se refiere, este lunes se desplomó cerca de un 1,44%, quedando en los 9.347 enteros, lastrado por la prima de riesgo que se situó por encima de los 366 puntos básicos y el interés del bono español a 10 años escaló hasta el 6,37%, su máximo histórico.
Por su parte, las grandes corporaciones, que son quienes mueven el IBEX han seguido la tendencia del día y han cerrado con descensos, destacados en los casos de BBVA (-2,33%), Banco Santander (-1,83%) y Telefónica (-1,38%).
Las dudas de los inversores continúan arrastrando las bolsas de Italia y España. Los valores que más pérdidas han registrado al final de la sesión han sido CaixaBank, Sacyr y Mapfre, los tres con retrocesos superiores al 4%, frente a Grifols (+1,12%) e Inditex (+0,37%), las dos únicas compañías que se han teñido de verde.
Las principales Bolsas europeas cerraron la jornada del lunes con fuertes pérdidas ante las dudas de los inversores sobre la solución a la crisis de la deuda en la Eurozona.
Los intereses para los títulos de la deuda de Grecia, Italia y España a 10 años alcanzaron este lunes nuevos récords desde la creación de la Eurozona, en un mercado escéptico sobre una solución de la crisis de la deuda.
Los intereses a 10 años para los títulos griegos se dispararon por encima de 17%, los de España en 6,250% y los de Italia en 5,909%, generando el pánico entre los inversores.
Estos intereses tan altos simbolizan la desconfianza de los inversores en los títulos de deuda de estos países, mientras los líderes europeos no logran convencer de su capacidad para encontrar una solución duradera para la crisis en la zona euro.
Parece pues que nos tocará esperar a la reunión del Eurogrupo de jueves para ver realmente si se toman decisiones valientes que apoyen a la unión y a los mercados resurgir con fuerza.
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