Junio ha cerrado en positivo. Aunque los indicadores económicos mundiales han seguido jugando a dos barajas, los avances políticos conseguidos en la cumbre de Bruselas han suscitado el optimismo de los intervinientes. Éstos han recibido bien la decisión de la zona Euro de reforzar su unión económica y monetaria. En adelante, a raíz de las tribulaciones de los bancos españoles, el fondo de rescate europeo (MESF) podrá recapitalizar directamente a las entidades bancarias en aprietos. El segundo avance notorio, muy importante para el nuevo presidente francés, es la inclusión de un capítulo sobre el crecimiento y el empleo: se invertirán 120.000 millones de euros en proyectos destinados a sostener el desarrollo en la zona euro. Además subsisten las esperanzas de intervenciones monetarias por parte de la Reserva Federal y del BCE: se esperan nuevos programas de flexibilización cuantitativa a ambas orillas del Atlántico para hacer frente al deterioro del panorama económico.
Las tendencias sectoriales se han mantenido en este periodo. Los valores cíclicos han seguido ganando altura sobre un fondo de recuperación del apetito por el riesgo, mientras los títulos defensivos ceden terreno tras lograr una rentabilidad claramente superior a la media en abril y mayo. Las advertencias sobre los resultados de Danone, Procter & Gamble o Nike han contribuido a empañar el sector del consumo. Los verdaderos ganadores de las dos últimas semanas han sido los valores financieros, que se han beneficiado de la mejora reciente en el frente de la deuda soberana del sur de Europa. Persisten algunas incertidumbres: Finlandia y Países Bajos se han opuesto al acuerdo alcanzado en Bruselas y se niegan a que el Mecanismo Europeo de Estabilidad (MES) compre obligaciones soberanas en los mercados secundarios.
Durante las próximas semanas la atención se concentrará sin duda en la publicación de los resultados trimestrales. Los intervinientes estarán al acecho de cualquier cambio en el discurso de los dirigentes, en especial en lo referente a la actividad en China. A más largo plazo, los operadores también se harán preguntas sobre las perspectivas en la otra orilla del Atlántico. A final de año expiran varias medidas de incentivación fiscal: el famoso “acantilado fiscal” (fin de las rebajas fiscales de la era Bush, de los descuentos en las cotizaciones sociales, y del subsidio de paro de larga duración) hace temer un brusco frenazo en 2013.
