España e Italia se encuentran bajo la presión de los mercados, agudizada por la crisis en la eurozona. El desafío es cada vez mayor para evitar el hundimiento de la unión monetaria denbido a la combinación de una elevada deuda y un crecimiento lento.
El ministro de Economía italiano, Giulio Tremonti, viajó a Luxemburgo para entrevistarse con el jefe del Eurogrupo (ministros de Economía de la zona euro), Jean-Claude Juncker, en una reunión destinada a enviar un mensaje de calma a los mercados.
En este contexto, el primer ministro italiano, Silvio Berlusconi, acudió al parlamento italiano el pasado miércoles con el objetivo de calmar a los mercados y poner coto a la crisis que atraviesa el euro.
José Luis Rodríguez Zapatero, que el martes aplazó el inicio de sus vacaciones, por la crisis, convocó a una reunión de urgencia, con el objetivo de "analizar los últimos movimientos de los mercados financieros.
Pese a ello, la Comisión Europea afirmó el martes que no hay ningún plan de rescate para los países acorralados ahora por los mercados, pocos días después de una cumbre de urgencia para redoblar la ayuda a Grecia.
El peligro que supone un eventual hundimiento de España o Italia es incomparable a lo que supuso el hundimiento de Grecia, Irlanda o Portugal. La economía italiana, es dos veces mayor que los tres países rescatados juntos, por lo que su bancarrota podría poner en jaque al conjunto de la zona euro.
El coste de un salvavidas para Roma y Madrid sería superior a los fondos disponibles en el mecanismo de rescate creado en 2010 por la eurozona de 750.000 millones de euros. Pese al severo plan de austeridad adoptado a mediados de julio, Roma sigue inquietando a los mercados, debido a su elevada deuda, equivalente al 120% de su Producto Interior Bruto (PIB) y con un crecimiento muy débil que hace perder credibilidad a las cuentas presentadas por el ejecutivo Italiano.
En España la situación también es muy delicada: la agencia de calificación Moody's amenazó el viernes con bajar la nota Aa2 de la deuda, advirtiendo de que el país sigue afectado por "una vulnerabilidad creciente a la tensión del mercado".
Aunque la perspectiva económica, es negativa en Europa y el resto del mundo, Italia y España, no fueron temas de discusión en la reunión del gabinete alemán del miércoles, dijo el ministro de Economía germano y vicecanciller Philipp Roesler.
El ministro comentó que la reciente debilidad en la economía global no debería ser motivo de alarma y que la perspectiva económica de Alemania sigue sólida aguantando como pilar de la eurozona.
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