Se acerca el verano y las vacaciones para muchos, pero para el inversor, es época de ajustar y tomar las últimas decisiones en su estrategia de dividendos. Julio es, junto con enero, uno de los meses más atractivos en cuanto a dividendos se refiere. En total, una veintena de empresas españolas repartirán casi 4.000 millones de euros en dividendos durante este mes. Este año, pese a la crisis que está golpeando al país, las empresas saben que un buen dividendo ayudará a captar a futuros inversores y fidelizar a sus accionistas.
En los tiempos que corren, donde el Ibex 35 ha perdido un 20,9% desde principios de año y las empresas disponen de muy poca liquidez, las empresas tienen el dilema de mantener al accionista contento con una remuneración extra o apretarse los bolsillos en su política de dividendos dada la situación financiera que están sufriendo. Para evitar esta dicotomía las empresas han diseñado una nueva modalidad de dividendo el llamado “scrip dividend”, donde el accionista escoge si cobrar el dividendo en líquido o en acciones de la propia empresa. Esta política tiene una doble vertiente positiva la compañía reduce su salida de caja y refuerza su capital.
En cualquiera de los casos, el dividendo tiene una relación directa con la cotización de la acción, ya que forma parte del valor de la misma. El día que se reparte el dividendo se descuenta su valor individual del precio de la cotización, hecho totalmente lógico ya que ese dinero ya no pertenece a la empresa, por lo que baja su valor en bolsa.
Para este Julio, las empresas con dividendos más suculentos son ACS con un 13,65%, Telefónica con un 13,07%, FCC con un 12,42% y Santander con un 12,09%, todas en 12 meses, en las cuales, se reparten en varias pagas durante el año. Estas rentabilidades son muy atractivas si las comparamos con el teórico activo “sin riesgo”, las letras del tesoro, que dan un 5,074%. Por una parte, la gestión de las empresas privadas es mucho mejor que la del estado y segundo lugar, el riesgo ligado a la pérdida de valor de las empresas lo compensa el más que atractivo dividendo que ofrecen las empresas.
Por otra parte, recordar que los veranos suelen ser complicados para las bolsas, sobre todo finales julio, principios de agosto, donde la mezcla de escasez de inversores y malas noticias, puede ser explosiva. Solo hace falta recordar el agosto pasado donde la bajada del rating de EEUU por parte de S&P provocó una hemorragia en las bolsas mundiales durante 2 semanas y solo la prohibición de las posiciones bajistas por parte de las entidades reguladoras logró frenar la espiral bajista en la que estaba el mercado.
Este verano, además de las maletas, preparen las carteras.
