YPF, la joya de Repsol ha sido finalmente expropiada por el gobierno argentino el pasado lunes 16 de Abril y así lo expresó en un comunicado público la presidenta argentina, Cristina Fernandez de Kirchner, alegando la acción de interés público y con el objetivo de compartir la participación de YPF con los gobiernos regionales.
Las reacciones tras este comunicado no se hicieron esperar y pocas horas después del anuncio de expropiación, la cotización de YPF en Wall Street tuvo que ser suspendida cuando caía un 11,16%.
Por suerte, en el mercado español la publicación de la expropiación coincidió con la subasta de cierre del mercado por lo que ese mismo día el valor de Repsol-YPF cerró plano aunque durante la sesión había subido un 2,23%. Sin embargo, al día siguiente en la pre-apertura podíamos ver una caída del 12% que durante la sesión se convirtió en una caída del 7%.
El presidente de Repsol, Antonio Brufau, tras el anuncio de la expropiación, anunció que demandará a Argentina ante el órgano de arbitraje del Banco Mundial, para reclamar una indemnización al gobierno argentino por la venta forzada de YPF. Esta indemnización se fijaría en 8.000 millones de euros y corresponderían a la valoración del 57% de la participación de Repsol en YPF y la reclamación de otras compensaciones por los daños sufridos por la compañía. Además, también ha expresado que su participación en YPF representaba un 25,6% del resultado operativo del grupo y un 21% del beneficio neto después de impuestos.
Al fin y al cabo se trata de una acción de Argentina para poder explotar los yacimientos de YPF dada la mala situación económica, y social, que sufre el país. Sin embargo, dicho movimiento irregular, o incluso ilegal tal y como indican desde el FMI, le puede salir caro a Argentina si finalmente se llega al acuerdo de pagar los 8000 millones de euros a Repsol.
Asimismo, esta situación hace peligrar las condiciones del resto de empresas españolas situadas en Argentina, como Telefónica, Endesa y Gas Natura Fenosa. Estas compañías ya han sufrido en el pasado los cambios legislativos en Argentina especialmente con la congelación de las tarifas.
La cotización del precio de Repsol en los mercados lleva perdiendo casi un 30% en lo que llevamos de año por lo que podríamos considerar que la nacionalización de YPF ya estaba descontada en los mercados y por ello una vez pasen los principales efectos de la gran noticia, se atisban buenos momentos de compra con un gran potencial.
Además, la propia directiva de Repsol ya ha anunciado que a pesar de la nacionalización de YPF mantendrán sus planes de desarrollo e inversión y mantendrán la política de dividendos anunciada por lo que la preocupación de los inversores debería diluirse tras los primeros días de vaivenes. Todo esto lo podrán cumplir gracias a la solidez de la empresa y a su buena posición financiera.
